Internet nació siendo un enorme archivo de «sólo lectura»: la Web 1.0

Internet nació como una red amplísima que la convirtió en una herramienta muy potente de comunicación. La famosa frase de que todo está a un clic y que tenemos un púbico potencial de millones de usuarios, la «red de redes». El diseño web brillaba por su ausencia, la programación web eran cuatro líneas de CGIs y conceptos como la usabilidad eran en el mejor de los casos puro sentido común.

Había nacido una nueva forma de comunicación y las estretegias de cómo transmitir eficazmente la información y llegar a nuestro público no estaban definidas porque sencillamente no se había hecho nunca. En estos primeros pasos de Internet las webs mostraban información y de hecho sólo unos pocos visionarios se comenzaron a preocupar sobre quién accedía a la web, donde pulsaban los visitantes y si la web en definitiva llegaba a hacerse entender. La pregunta era ¿nos hemos explicado bien? Estamos ante lo que ahora, en perspectiva, llamamos web 1.0, la web donde el usuario sólo puede absorver información. Internet era un archivo enorme de «sólo lectura».

La internet participativa de «lectura y escritura» con las webs 2.0

Con la experiencia de agencias de comunicación, programadores, diseñadores, marketing, etc, sobre este nuevo medio las webs evolucionaron y el objetivo ya no es estar en Internet. El objetivo es rentabilizar esa presencia. Y para conseguir dicha rentabilidad hay que, por una parte, conseguir más visitas y fidelizar al usuario, y por otra parte convencer al usuario de nuestro mensaje, por ejemplo, venderle nuestro producto.

Las webs ya son aplicaciones creadas con muchas horas de reflexión y análisis. ¿Cómo conseguiremos que el usuario llegue a nuestra web? Hay que posicionarse en buscadores y en España alcanzar las primeras posiciones de Google. ¿Cómo conseguiremos fidelizar al usuario? Tenemos que ofrecerle información o servicios que el usuario quiera consumir. Aquí el modelo que se ha consolidado con más éxito ha sido el que convierte al usuario en generador de la información que el mismo consume. Y así llegamos a lo que hoy en día llamamos la web 2.0. con sus foros, redes sociales y canales de YouTube. El usuario es el protagonista de la web y Internet se ha convertido en un inmenso archivo de «lectura y escritura».

Los lenguajes de programación web han evolucionado muchísimo. Ya no queda nada de los primitivos CGIs y eso que sólo han pasado 15 años desde que comenzó esta revolución, con la aparición de Yahoo. ¿Cuántos años diríais que tiene Google? ¡Acaba de cumplir 10 años! Ahora podemos crear aplicaciones con .NET, Java, PHP, Javascript y AJAX, clientes serios en Silverlight y Flex empiezan a despuntar… Además del mundo de los gestores de contenido, ya es muy difícil encontrarse ante una web donde tenga sentido empezar de cero en lugar de optar por construirla a partir de un gestor de contenidos opensource, por ejemplo el DotNetNuke.

Internet inteligente con la web 3.0

¿Y qué nos deparara el futuro?

Algunos gurús auguran una nueva generación de Internet donde pasaremos del auge de las redes sociales generado por la web 2.0 al Internet inteligente. Para mí el término inteligente es ir muy lejos. ¿A qué se refiere realmente la web 3.0? Tenemos que dar respuesta a la eterna pregunta: ¿qué queremos conseguir con nuestra web? Los recursos de programación realmente han avanzado mucho y de lo que sí podemos hablar es de webs  totalmente personalizadas y adaptadas a cada usuario de modo que al navegar sólo nos muestre aquello que deduzca que puede interesarnos eliminando información inapropiada.

Este enfoque está muy relacionado también con lo que se llama la web semántica, el hecho de crear las webs de forma que pueda automatizarse mucho mejor su clasificación eficaz en buscadores. De hecho esto comienza con la incorporación de nuevos tags que ya se están definiendo y que permitirán que los usuarios podamos encontrar con preguntas complejas lo que queremos. Por ejemplo, la forma de hablar con Google ahora para encontrar un hotel en Londres es: «reserva hotel londres». Con la web semántica preguntaríamos: «somos una familia con 2 niños de menos de 4 años y buscamos un hotel en el centro de Londres para esta primavera».

Tim Berners-Lee, creador de la World Wide Web, ha avanzado que esta nueva generación de Internet usará tecnologías que, de momento aún están en fase de desarrollo, que permitirán que los ordenadores puedan tomar decisiones mediante el cruce de datos con el fin de satisfacer en el mayor grado posible las necesidades informacionales del usuario.

Hay empresas como Yahoo que ya están utilizando de manera Interna la Web 3.0 para testear sus nuevas posibilidades. En España el Consejo General del Poder Judicial también ideó una herramienta para ayudar a los jueces basada en la Web semántica.

La definición de la comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, sobre la Web 3.0 no es otra que la de « actividades comerciales, sociales y recreativas, que se pueden llevar a cabo “en cualquier lugar y en cualquier momento”, sobre la base de redes “rápidas, fiables y seguras”».

Internet nunca deja de sorprendernos :)