Internet es, más que nunca, un espacio donde marcas y e-commerce tienen que utilizar todos los medios a su alcance para distinguirse de la competencia y destacar de cara a la audiencia. En un medio cada vez más competitivo, es necesario tener en cuenta todas las herramientas que puedan servirnos para optimizar (que no sobreoptimizar) el contenido de nuestra web, así como las estrategias que permitan posicionarnos en las SERPs.
Uno de los factores que pueden resultar determinantes en el transcurso de la toma de decisión de compra del consumidor, mucho más breve de lo que uno podría imaginarse (y, la mayor parte de las veces, de desarrollo subconsciente tal y como detallan en ISPONews), es la velocidad de carga de nuestra web. Por ejemplo, si un cliente potencial entra en nuestra tienda online y tiene que esperar unos segundos a que los productos sean visibles, eso jugará en nuestra contra a la hora de lograr conversiones y de que el cliente regrese a nuestra web.
Volviendo a la rapidez con la que la audiencia toma las decisiones, la cuestión es sencilla: si tenemos en cuenta la velocidad en dichos procesos, es evidente que el espacio web en el que se muevan deba corresponder a esas expectativas para no provocar la búsqueda de un sustituto en la competencia y la consabida pérdida de ingresos. Por eso, tendremos que cuidar que la velocidad de carga de una web no supere unos determinados parámetros, ya que cada segundo cuenta: lo hace de cara al consumidor y, también, a los buscadores, que valorarán mucho más positivamente los sitios web que tarden menos en cargarse, lo cual repercutirá en el posicionamiento que obtengamos.
Según el estudio de SOASTA, el tiempo óptimo de carga de una web oscila entre los 1,8 y los 2,7 segundos, dependiendo del tipo de dispositivo desde el cual se acceda (habiendo menos tolerancia en ordenadores de sobremesa y algo más en smartphones). El estudio también lanza datos como que un retraso de dos segundos de más en la carga de la web puede llegar a provocar tasas de abandono de hasta el 36.5% en los PCs. Y, en definitiva, que las páginas que convirtieron durante el año 2015 eran un 26% más veloces en su carga que aquellas que no lo hicieron.
¿Cómo podemos analizar el tiempo de carga de nuestra web? Existen herramientas como Pingdom, GTMetrix o Woorank que nos servirán para analizar los tiempos que necesita nuestro espacio y así poder emprender medidas de ser necesario. En cuanto a qué soluciones podemos aplicar para mejorar los tiempos de cargas, existen muchos problemas de origen a partir de los cuales podemos trabajar la optimización:
- Escoger un buen alojamiento o hosting.
- Si se utiliza un tema como plantilla, asegurarse de que los ficheros estén bien optimizados.
- Si se usa un CMS como WordPress, no abusar de los plugins (o centrarse en aquellos que ayuden a mejorar la carga).
- Optimizar las imágenes que se incorporan a las web.