¿Qué es el cloud computing?
Un interesante documento elaborado por el Berkeley RAD Lab fue publicado hace poco y define cloud computing o computación en la nube como:
Cloud Computing se refiere tanto a las aplicaciones ofrecidas como servicios sobre internet como al hardware y los sistemas de software en los centros de datos (datacenter) que proveen estos servicios.
Gmail es el ejemplo más claro y conocido de computación en la nube.
Tenemos tres tipos de nubes:
- Nube Pública: cuando una nube se hace disponible mediante una modalidad de pago mientras lo uso o servicios gratuitos en los que normalmente sólo es necesario registrarse (facebook, por ejemplo)
- Nube Privada: centros de datos de empresas privadas
- Computación en la nube o Cloud Computing: es la suma de SaaS (software as a Service) y la nube pública, sin incluir las nubes privadas.
Muchas empresas están metidas de lleno en el desarrollo del cloud computing: IBM, HP, Intel, Yahoo!, Google AppEngine, Microsoft Azure y Sun Caroline son una raza completamente nueva de plataformas.
¿El cloud Cloud Computing es incompatible con el software libre?
Personajes como Stallman, fundador del proyecto GNU y de la Free Software Foundation, atacan el cloud computing en sus dos vertientes: la correspondiente a su naturaleza de nuevas «palabrejas del marketing» con las que llamar a casi cualquier cosa y por ser una trampa el que los datos del usuario y el software que utiliza residen en el servidor de una compañía con una fórmula de software propietario. «Indefenso» es el calificativo que utiliza para referirse a este nuevo escenario que se aleja del control que proporciona ejecutar software libre en el equipo de uno y teniendo los datos en local. Las declaraciones, en The Guardian, están siendo muy comentadas.
Claro que es cierto que en el software como servicio y otras variantes de lo que se viene llamando cloud computing tiene que depositarse una gran confianza en el proveedor del servicio, ya que dispone de nuestros datos, software e infrastructura. Además en España no hay que olvidar la LOPD, Ley de Protección de datos personales, que determina cómo hay que tratar correctamente estos datos en las empresas españolas. Y obliga a que su ubicación física tenga que ser dentro en un estado que garantice el mismo nivel de seguridad de la ley española (es decir sólo proveedores europeos, no EEUU). Si los datos personales de una empresa se alojan en la nube, hay que firmar un contrato que implique al proveedor en el correcto cumplimiento de esta normativa.
Ya que las aplicaciones web son una realidad, hay que garantizar la potabilidad de nuestros datos
En cualquier caso, decir que el cloud computing es «dañino para el software libre y para la privacidad de la información» tiene las de perder: tanto por ahorro de costes, como por funcionalidades, como por integración entre ellas, las aplicaciones web van a tener un amplio recorrido. La percepción de ventajas por parte del usuario es tan clara que pretender detener esta tendencia resulta algo menos que imposible. Lo que debemos reclamar es una buena portabilidad de los datos para garantizar que nunca perdemos la capacidad de elegir con qué proveedor queremos trabajar.
Y no sólo a nivel de empresa, también a nivel personal, en entornos como las redes sociales: facebook, youtube, delicious,… Son las nuevas batallas en las que está en juego la libertad de usuario, porque la de mantener todo el software y los datos en local está, al menos en apariencia, perdida.