El comercio electrónico registra un crecimiento notable comparado con el comercio tradicional. Se trata de un dato muy significativo que se traduce en un cambio en la oferta y demanda de productos y servicios. Un cambio que no afecta a la producción de forma negativa sino que hace que aumente de forma considerable. Al crear un Ecommerce estamos creando conectividad más allá de nuestras fronteras físicas y, por tanto, más posibilidad de convertir al usuario en cliente final.
Aunque aún no se conocen los datos definitivos de 2011 desde septiembre del año pasado las ventas por comercio electrónico se situaron en los 2.421,8 millones de euros. Datos obtenidos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) que, comparados con los datos de 2010 se trata de casi un 28% más y con un total de 32,6 millones de operaciones realizadas.
Respecto al sector Retail un 80% de los principales operadores señala que ya posee un canal de ventas online. Recordemos que no fue hasta verano de 2010 cuando Inditex, una de las empresas mundiales más importantes de nuestro país, entró a formar parte del mundo del comercio electrónico.
Uno de los principales motivos del aumento considerable de las tiendas online es que se han convertido en un canal de venta de confianza para vendedores y compradores. La posibilidad de realizar el pago más allá de la tarjeta de crédito (Paypal, por ejemplo) facilita al usuario no tener que dar sus datos personales en cualquier tienda que quiera comprar.
Lo más difícil, en muchas ocasiones, es la de hacer entender a los usuarios que ambos comercios (tanto el electrónico como el físico) pueden ser totalmente complementarios acaparando todas las ventajas de ambos y, por tanto, recibiendo un número mayor de beneficios. Ante todo hay que mirar por el tipo de producto, ¿qué vendemos? ¿es viable hacerlo por internet? En principio se puede vender casi cualquier cosa por internet, pero tengamos en cuenta que hay usuarios que prefieren tener un asentamiento físico para asegurarse del producto.
Pongamos unos ejemplos: la ropa o la comida. Es cierto que la venta online de ambos productos también está registrando un aumento de beneficios notable. No obstante, casi todas poseen una tienda física que les transmite más confianza a la hora de tener que hacer una devolución o poder probárselo en tiendas.
En cambio, otros productos como la contratación de viajes o servicios que no necesitan de un objeto físico la venta online les supone una solución para posibles problemas de gestión y donde el usuario, estando en cualquier parte del mundo, pueda acceder a ellos totalmente gratuito. Sólo necesita una conexión a internet, sin desplazamientos ni llamadas de teléfono costosas.[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]