El papel de los influencers en el terreno del marketing tiene un peso cada vez mayor, algo que las marcas están claramente decididas a usar a su favor. En más de una ocasión hemos comentado que una de las principales ventajas a la hora de apostar por las colaboraciones con los influencers es que estos poseen la capacidad de aglutinar a una audiencia muy segmentada con unos intereses muy marcados. De esta manera, para las empresas resulta mucho más sencillo buscar a una o varias personas que representen o que sean afines a sus valores de marca que no la investigación de una audiencia más desperdigada.

Es evidente que el factor de la adecuación a la marca resulta esencial; a pesar de que puede parecer una obviedad lo cierto es que no se debería caer en el error de contar con un influencer simplemente porque sea popular, ya que si su modus operandi no corresponde a nuestra línea corporativa, la campaña de marketing puede llegar a afectar gravemente a nuestra imagen. Por eso, antes de emprender cualquier tipo de acción, deberemos analizar las acciones del influencer y el tipo de target que podemos alcanzar con nuestra colaboración.

Variedad de acciones

Los influencers se dirigen a su audiencia a través de diversas plataformas: por norma general usan redes sociales como Instagram, Twitter o YouTube que a menudo se complementan con publicaciones en blogs y websites que acumulan una considerable cantidad de tráfico. De esta manera, todos sus medios activos se alimentan entre ellos para dar a conocer sus novedades, que pueden incluir los productos y servicios de una marca.

El uso de influencers en las campañas de marketing permite una gran versatilidad; los más exitosos y populares no solamente limitan sus acciones al mundo online, sino que también actúan en diferentes eventos, siendo imágenes de marca a través de acciones promocionales. La variedad de plataformas donde los podemos encontrar hace que no sea necesario expandir nuestras acciones de marketing a territorios que nos resulten ajenos, sino que podemos contactar con aquellos que actúen en ámbitos que nos sean más beneficiosos, generando el tipo de impacto que estamos buscando (buzz para nuestra marca, incrementar el número de seguidores, aumentar las ventas de uno de nuestros productos/servicios, etc.).

Otro de los aspectos a planificar en la colaboración con el influencer será la periodicidad (si es una acción concreta o una repartida en el tiempo) así como las plataformas en las que se llevará a cabo. En cuanto al tono empleado para la promoción, la marca ya habrá debido tener en cuenta que el influencer deba ser una elección coherente la marca, ya que en la mayoría de casos presentar unas directrices resulta contraproducente: primero, porque muchos influencers se niegan a modificar su tipo de discurso y, segundo, porque se le resta espontaneidad (y efectividad) al mensaje.

Tipos de influencers

Otro de los aspectos que hay que tener claros antes de proceder a llevar a cabo una campaña de influencers es que existen diferentes tipos. No todos cuentan con el mismo alcance, de la misma manera que no todos requerirán el mismo presupuesto, de manera que es importante realizar una valoración previa del alcance-precio que nos permita calcular el presupuesto y estimar el tipo de acción.

Es posible optar por una campaña basada en micro y pequeños influencers, lo que también resulta muy práctico a la hora de realizar un alcance más masivo, pero que también requerirá una mayor inversión de tiempo a la hora de tantear un buen número de ellos para conocer sus tarifas (si las tienen) y condiciones para la colaboración. Dependiendo de la finalidad de nuestra campaña y del presupuesto que hayamos previsto calcular, tendremos en cuenta unas acciones u otras; puede que éstas impliquen desde el envío de muestras hasta la implantación de códigos de descuento, etc.

No es influencer todo lo que reluce

Uno de los aspectos que está trayendo más de cabeza a las agencias que quieren contar con la participación de influencers es que muchos de estos resultan ser totales fraudes. La compra de seguidores y de likes es una práctica habitual en las redes sociales; si bien a veces esta práctica resulta efectiva para las cuentas que quieren dar un empujón a sus números para después continuar aumentando sus seguidores de forma natural mediante buenos contenidos, también es verdad que muchas cuentas sostenidas por varias decenas de miles de seguidores resultan totalmente inútiles para los propósitos de las marcas.

Aunque existen algunas herramientas para detectar las cuentas poco fiables hay señales que indican que esos seguidores no han sido logrados de forma natural: por ejemplo, la falta de comentarios en las publicaciones es uno de los indicadores más claros. La naturaleza de los comentarios (ya que estos también pueden ser comprados) se puede verificar en parte tras una simple ojeada; comentarios sumamente cortos o sucintos que realmente no dicen nada sobre el post pueden ser signo de la presencia de bots o comentarios comprados.

En cuanto a los propios seguidores, es fácil comprobar a simple vista la existencia de cuentas bot: perfiles sin fotografía y con nombres de usuario ininteligibles son señal de falsos followers. Para que una marca encuentre utilidad en una campaña de influencers, es importante que compruebe que estos en cuestión cuentan con una base de seguidores reales que interactúen con ellos para que, de esta manera, cualquier promoción de producto o servicio, encuentre una audiencia real a la que dirigirse.

Medir la efectividad y continuar

Una colaboración con un influencer tiene una finalidad cuya eficacia debe ser mesurada para comprobar su efectividad (o no). De esta manera, la marca sabrá si emplear estrategias similares para continuar potenciando un producto u otros, así como para medir los impactos positivos de estos y efectuar los cambios que sean necesarios.